Esta devoción generalizada de la Humanidad por la Diosa Madre, a pesar de los intentos de las religiones monoteístas por sustituirla por un Dios masculino, me ha llamado siempre la atención y, en especial, la representación de esa Diosa. Por eso me gusta fotografiar vírgenes que aparecen en las calles y rincones de las ciudades (solo he viajado por Europa) cuando menos te lo esperas.
Ahora que llega el otoño me atrevo a mostrar algunas...
Con el deseo de que la Diosa Madre nos proteja y nos ayude a pasar el incierto invierno que se avecina.
Bueno, se entiende, que todas las culturas tienen la necesidad de venerar a la madre, la protectora y fecunda. Su introducción en América no fue nada más que ponerle otro nombre y otro rostro a pacha, para los indígenas.
ResponderEliminarQue lindo que aparecieras! Un abrazo.