La primera la lleva a cabo el Ayuntamiento de un pueblo de los Ancares: Balboa, y consiste en apadrinar un castaño. Se trata de crear un Banco de Castaños de Balboa, con el que invitan a la gente a adoptar uno de estos árboles. El fin principal de esta iniciativa pasa por preservar estos árboles, que en muchos casos están desatendidos, bien por que el propietario tiene ya una avanzada edad que le impide cuidar el soto o bien por que el dueño de los castaños vive fuera del municipio. En todo caso, son castaños que cada año ofrecen unos frutos que finalmente se quedan en el suelo porque falta alguien que lo recoja. El abandono está provocando el deterioro de los árboles y tan sólo las personas mayores, dentro de lo que pueden hacer ante la gran tarea física de mantener y recoger el fruto, siguen manteniendo sus castaños como algo tradicional. Sin embargo, recoger las castañas en las mejores condiciones requiere un desbrozado y limpieza varias veces al año.
El Ayuntamiento limpiará la primera vez el castaño y quien adopte el árbol deberá desbrozarlo otra vez antes de la recogida. Para realizar estas tareas, personal del Consistorio acompañará a los ‘adoptantes’ hasta su castaño para enseñarles a cuidarlo y a recoger el fruto de manera adecuada para evitar dañar el árbol. La poda no es necesaria: aquí no se podan, por eso los castaños de esta zona están todos sanos. Cada castaño que sea adoptado será identificado de alguna forma, bien con un número o con algún símbolo o cualquier imagen que pueda permitir encontrar el árbol en el soto de castaños.
El Ayuntamiento ha dispuesto que los castaños, al menos los primeros, tengan una buena ubicación, de forma que el ‘adoptante’ no tenga que recorrer demasiado tramo de monte para llegar hasta el soto en el que está su árbol.
La segunda la llevan a cabo en un lugar que ya os había recomendado: en la mágica Rocca di Staggia.
Y se trata de apadrinar un olivo, otro árbol tadicionalmente unido al hombre y a su alimentación, en torno al cual giran algunas de las más ancestrales manifestaciones de la cultura mediterránea: el olivo nos ha dado "oro líquido". En este caso lo abordan tanto desde el punto de vista de conservación y valoración de los árboles como desde la toma de conciencia de su importancia por parte de los más pequeños a través de talleres participativos y lúdicos.
Pura magia en ambos casos: iniciativas que realmente nos acercan a la vida, a lo que verdaderamente importa.
¡APADRINEMOS UN ÁRBOL! Y si estamos lejos de estos lugares, uno cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario