En la pequeña ciudad en la que he
nacido, y en la que ahora vivo, hay un lugar entrañable en el que
merece la pena pararse, con el peligro de quedar como encantado y no
saber marcharse. Es una librería. La librería Signos. Tiene los libros más bellos que
se publican y la dueña se dedica a su trabajo con entusiasmo y
cariño. Con tanto cariño que organiza, a pesar de tener poco
espacio, actividades culturales y talleres para niños y mayores, con
entusiasmo y alegría.
Este pasado sábado, día 2 de marzo,
asistí en esta librería a un taller muy especial porque se celebraba una bella
tradición de Bulgaria: hacer martenitsas para la gente querida.
Las martenitsas son
las pulseras de color rojo y blanco para celebrar la primavera que
viene.
El nombre de "martenitsas"
viene de la abuela Marta. Abuela Marta significa abuela
marzo. Ella representa el mes de marzo. La gente piensa en ella como en
una mujer vieja y de humor cambiante como el cambiante clima de marzo. Si el día es frío y con nieve, piensan que ella está de mal humor, pero si el día es cálido y soleado,
piensan que ella tiene un día amable y cariñoso.
El mes de marzo, según el folklore búlgaro, marca el comienzo de la primavera. Por lo tanto, el primer día de
marzo es un día de fiesta tradicional asociada con el fin de
invierno y la bienvenida a la primavera.
Los búlgaros hacen las martenitsas para sus amigos y
familiares, no para ellos mismos, en sus casas, trenzando hilos de lana de colores rojo y blanco juntos. Las martenitsas también se pueden comprar en las
tiendas y mercados.
El día 1 de marzo se les da a los amigos y familiares o personas a las que
quieres. Si alguien te da una martenitsa, es como si te dijera:
"Me gustaría que tengas salud, buena suerte, felicidad y
amistad".
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Cuando se recibe una martenitsa, te la
pones hasta el día 22 de marzo o hasta que veas una cigüeña, una golondrina o un árbol en
flor. Si ves un árbol en flor debes atar tu martenitsa en una de sus
ramas. Si ves antes una cigüeña o una golondrina puedes poner la
martenitsa bajo una roca.
La martenitsa es un símbolo de suerte y también un símbolo de
la Madre Naturaleza. El blanco simboliza la pureza de la nieve que se
derrite y el rojo simboliza la puesta del sol que se vuelve cada vez
más intensa a medida que avanza la primavera. Estos dos recursos
naturales son la fuente de vida.
También están asociados con los
inicios macho y hembra simbolizando la vida nueva, la concepción,
la fertilidad y la primavera. El tiempo durante el cual se lleva
puesta está destinado a ser de fiesta, alegría, conmemoración de
salud y una larga vida.
Como amuleto, a la martenitsa se le atribuye un poder mágico para
proteger a la gente de "mala suerte", las enfermedades y el
mal de ojo.
La martenitsa más típica representa
dos muñecos de lana pequeños: Pizho y Penda. Pizho es el muñeco
masculino, por lo general en color blanco. Penda es la
muñeca femenina, por lo general de color rojo y se distingue por su
falda. Hay muchas otras variaciones y formas. Fuera de hilos
entrelazados de color rojo y blanco también se hacen pulseras,
collares, borlas, pompones, bolas, cuadrados, figuras humanas o figuras de
animales. Durante las últimas décadas, la tradición se ha innovado
uniendo todo tipo de representaciones y símbolos hechos de madera,
cuero, cerámica, papel de aluminio a las martenitsas hechas de
hilo.
Según una de las muchas leyendas, esta tradición también está relacionado con la fundación del estado búlgaro:
Khan Asparuh, el primer rey búlgaro, tenía una hermana que se llamaba Huba. Ella estaba cautiva en otro reino. Asparuh
envió un mensaje a su hermana diciéndole que había encontrado una tierra donde
podían establecerse al sur del río Danubio, un lugar que hoy es
Bulgaria.
Cuando Huba recibió la buena noticia de su hermano, logró escapar de su cautiverio y salir corriendo. Montaba a caballo sin detenerse hasta que llegó al río Danubio. Buscó la manera de cruzar el caudaloso río, pero no pudo encontrar un vado para pasar al otro lado. Entonces
ató un hilo de estambre blanco a una de las patas de uno de los halcones enviados
por su hermano y lo dejó volar por el aire, sosteniendo el otro extremo
del hilo fino en sus manos.
El
halcón voló lejos tratando de encontrar un vado para pasar el río y cuando encontró un lugar, una flecha disparada
por el enemigo hirió al halcón que cayó muerto al suelo. El hilo se puso rojo de su sangre. Huba
siguió el hilo que sostenía y así encontró la manera de cruzar el gran
río y llegar al país donde su hermano había levantado su nuevo
hogar. Desde entonces vivieron libres y felices en la nueva tierra que llamaron Bulgaria.
Ese día fue el 1 de marzo del año nuevo en la tradición de la época. Llamaron a los hilos blancos y rojos con el nombre del mes de marzo: martenitsa. Desde entonces los hilos rojos y blancos han llegado a simbolizar el fuerte vínculo entre los búlgaros en todo el mundo.
¡Hermosa tradición! ¡Poneos una martenitsa y atraed la buena suerte!
Ah, ¿qué no sabéis hacerlas? Pues en la Librería Signos de Ponferrada ha tenido tanto éxito el taller, que el próximo sábado, día 9, se repite a las 17,30h. Aún estáis a tiempo.
¡Feliz primavera a todos!