martes, 5 de marzo de 2013

Una hermosa tradición.

 






En la pequeña ciudad en la que he nacido, y en la que ahora vivo, hay un lugar entrañable en el que merece la pena pararse, con el peligro de quedar como encantado y no saber marcharse. Es una librería. La librería Signos. Tiene los libros más bellos que se publican y la dueña se dedica a su trabajo con entusiasmo y cariño. Con tanto cariño que organiza, a pesar de tener poco espacio, actividades culturales y talleres para niños y mayores, con entusiasmo y alegría.


Este pasado sábado, día 2 de marzo, asistí en esta librería a un taller muy especial porque se celebraba una bella tradición de Bulgaria: hacer martenitsas para la gente querida.
Las martenitsas son las pulseras de color rojo y blanco para celebrar la primavera que viene. 


 

El nombre de "martenitsas" viene de la abuela Marta. Abuela Marta significa abuela marzo. Ella representa el mes de marzo. La gente piensa en ella como en una mujer vieja y de humor cambiante como el cambiante clima de marzo. Si el día es frío y con nieve, piensan que ella está de mal humor, pero si el día es cálido y soleado, piensan que ella tiene un día amable y cariñoso.
El mes de marzo, según el folklore búlgaro, marca el comienzo de la primavera. Por lo tanto, el primer día de marzo es un día de fiesta tradicional asociada con el fin de invierno y la bienvenida a la primavera.





Los búlgaros hacen las martenitsas para sus amigos y familiares, no para ellos mismos, en sus casas, trenzando hilos de lana de colores rojo y blanco juntos. Las martenitsas también se pueden comprar en las tiendas y mercados.
El día 1 de marzo se les da a los amigos y familiares o personas a las que quieres. Si alguien te da una martenitsa, es como si te dijera: "Me gustaría que tengas salud, buena suerte, felicidad y amistad". -->
Cuando se recibe una martenitsa, te la pones hasta el día 22 de marzo o hasta que veas una cigüeña, una golondrina o un árbol en flor. Si ves un árbol en flor debes atar tu martenitsa en una de sus ramas. Si ves antes una cigüeña o una golondrina puedes poner la martenitsa bajo una roca.




La martenitsa es un símbolo de suerte y también un símbolo de la Madre Naturaleza. El blanco simboliza la pureza de la nieve que se derrite y el rojo simboliza la puesta del sol que se vuelve cada vez más intensa a medida que avanza la primavera. Estos dos recursos naturales son la fuente de vida.
 También están asociados con los inicios macho y hembra simbolizando la vida nueva, la concepción, la fertilidad y la primavera. El tiempo durante el cual se lleva puesta está destinado a ser de fiesta, alegría, conmemoración de salud y una larga vida. Como amuleto, a la martenitsa se le atribuye un poder mágico para proteger a la gente de "mala suerte", las enfermedades y el mal de ojo.
 
La martenitsa más típica representa dos muñecos de lana pequeños: Pizho y Penda. Pizho es el muñeco masculino, por lo general en color blanco. Penda es la muñeca femenina, por lo general de color rojo y se distingue por su falda. Hay muchas otras variaciones y formas. Fuera de hilos entrelazados de color rojo y blanco también se hacen pulseras, collares, borlas, pompones, bolas, cuadrados, figuras humanas o figuras de animales. Durante las últimas décadas, la tradición se ha innovado uniendo todo tipo de representaciones y símbolos hechos de madera, cuero, cerámica, papel de aluminio a las martenitsas hechas de hilo.



Según una de las muchas leyendas, esta tradición también está relacionado con la fundación del estado búlgaro:
Khan Asparuh, el primer rey búlgaro, tenía una hermana que se llamaba Huba. Ella estaba cautiva en otro reino. Asparuh envió un mensaje a su hermana diciéndole que había encontrado una tierra donde podían establecerse al sur del río Danubio, un lugar que hoy es Bulgaria.
Cuando Huba recibió la buena noticia de su hermano, logró escapar de su cautiverio y salir corriendo. Montaba a caballo sin detenerse hasta que llegó al río Danubio. Buscó la manera de cruzar el caudaloso río, pero no pudo encontrar un vado para pasar al otro lado. Entonces ató un hilo de estambre blanco a una de las patas de uno de los halcones enviados por su hermano y lo dejó volar por el aire, sosteniendo el otro extremo del hilo fino en sus manos.
El halcón voló lejos tratando de encontrar un vado para pasar el río y cuando encontró un lugar, una flecha disparada por el enemigo hirió al halcón que cayó muerto al suelo. El hilo se puso rojo de su sangre. Huba siguió el hilo que sostenía y así encontró la manera de cruzar el gran río y llegar al país donde su hermano había levantado su nuevo hogar. Desde entonces vivieron libres y felices en la nueva tierra que llamaron Bulgaria.
Ese día fue el 1 de marzo del año nuevo en la tradición de la época. Llamaron a los hilos blancos y rojos con el nombre del mes de marzo: martenitsa. Desde entonces los hilos rojos y blancos han llegado a simbolizar el fuerte vínculo entre los búlgaros en todo el mundo.


 



¡Hermosa tradición! ¡Poneos una martenitsa y atraed la buena suerte! 
Ah, ¿qué no sabéis hacerlas? Pues en la Librería Signos de Ponferrada ha tenido tanto éxito el taller, que el próximo sábado, día 9, se repite a las 17,30h. Aún estáis a tiempo. 

¡Feliz primavera a todos!













3 comentarios:

  1. Elisa, la librería es lindísima. A mí me gustan más las pequeñas librerías con buen gusto tanto literario como estético. Te llaman a entrar y no te puedes resistir. Y la tradición búlgara para recibir la primavera es muy interesante. Además, casualidades de la vida, mi hermana que hace pompones tiene algunos en blanco y rojo, pero los hizo esta Navidad pasada sin saber de esta tradición. Se la contaré, seguro que le encantará. Aquí en mi pueblo hemos tenido a la abuela Marta unos días enfadada, pero hoy al fin se ha levantado feliz y nos ha regalado su hermosa sonrisa soleada.

    Gracias Elisa por hacernos partícipes de esta tradición y enseñarnos esta bonita librería.

    Besos!

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  2. Hola Ana, a mi también me encantan estas pequeñas librerías "de barrio": templos de la cultura a pie de calle, agradables y acogedoras. Rezo para que no se pierdan y acaben cerrando como tantos otros negocios entrañables. En cuanto a la abuela Marta,¡ni te imaginas el mal humor que se gasta por el norte! Muchos besos!

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  3. Me encanta, siempre he soñado con tener un negocio parecido.. quizá..

    Me gusta tu blog, es interesante, Gracias por compartir

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